Durante
agosto de 1865, en pleno estallido de la guerra contra el Paraguay, conocida
como de la Triple Alianza, el emprendedor coronel Álvaro Barros era designado en la Frontera
Sur como segundo jefe.
Las
tierras todavía pertenecían a la vecina localidad azuleña y el sector donde hoy
vivimos, era el límite de la frontera con el aborigen y paso obligado para tomar
una ramificación que llevaba al famoso “Camino de los Chilenos” o en su defecto,
hacia la localidad de Bolívar, sendero que luego fue la antigua ruta 226 que
pasaba pegadita a Blanca Grande.
Ni
bien asumió el mando, el entonces Coronel Barros se dedicó a desmantelar la
corrupción que reinaba en dicho sitio y además de vestir con su propia ropa, al
personal casi desnudo que allí cumplía órdenes, comenzó a denunciar los delitos
y hasta devolvió dinero al Estado cuando al hacer un inventario de lo que había
en el lugar, descubrió que solo existía la mitad de todo lo que se
facturaba.
El
proceder de Barros, que pronto fue ascendido a Teniente Coronel y jefe de
Frontera, se ganó la estima de quienes estaban a su mando y fue así que
decidieron acompañar al militar en la fundación de un nuevo Pueblo.
Mientras
se esperaba la autorización, el activo Teniente Coronel demarcó por cuenta
propia y repartió solares entre las personas que allí se hallaban, encontrándose
habitadas varias manzanas cuando el demorado permiso fundacional llegó en 1867. Es que en Buenos
Aires creían que el sitio a fundar estaba en la zona de “El Perdido” (cercano a
Santa Luisa) y al ser informados del error, no tuvieron una idea más
descabellada que ordenar que se corriera toda la población, en vez de cambiar la
ubicación en el plano.
Este
percance inesperado, provocó la reacción del propio Barros, quien apoyado por
los pobladores, resistieron aquel cambio, basados simplemente en la
racionalidad.
Así
fue que el nacimiento de Olavarría, que debió producirse en 1866, se postergó
hasta el 25 de noviembre de 1867.
Luego
de lograrse un buen núcleo poblacional e intentarse entre el Teniente Coronel y
los soldados crear una cooperativa para la siembra de trigo, sin ayuda del
gobierno, Barros es removido del cargo en 1869, debido a las incomodidades que
provocaban sus constantes denuncias de corrupción y el apoyo a los nativos,
cosas que molestaban de sobremanera a la gente “importante” de Azul, que no
podía hacer sus “negocios” en paz.
Quitado
Barros del medio por orden de Sarmiento, El Coronel D´Elia hace demoler la fortificación y el
Coronel Borges se lleva los soldados al
Fuerte Blanca Grande, dejando solo una pequeña guarnición de Guardias Nacionales
al mando del Capitán Lucio Florinda.
Olavarría
quedaba de este modo desprotegida y a merced de los malones o cuatreros. Así fue
que en 1871, la población fue invadida y muchos habitantes se mudaron hacia
Azul, movidos por el temor que provocaba
imaginar una situación similar. Solo un puñado de personas se negaron a emigrar. Esos nombres que prefirieron
arriesgar la vida antes que dejar el terruño, pertenecían al grupo que ayudó a
Álvaro Barros a fundar nuestra ciudad.
Dentro
de aquella adversidad que se presentaba, la unión vecinal se fortaleció de tal
manera, que el cuidado entre ellos llegó, durante 1872, a provocar la primera
revolución civil del partido contra una autoridad, al haberse cometido una
injusticia con un vecino. Esta situación que relataremos a continuación, a través de un documento que
muy gentilmente me hizo llegar el amigo Enrique Rodríguez, de Azul, ocurrió a
solo cinco años de la fundación y la trascribiremos fielmente para conocer los
detalles de la misma..
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